1/9/08

Crónicas de un verano metálico (parte 2 de 2)

Antes de seguir con lo que empecé hará casi un mes, aprovecho este post en concreto para referir uno de los mayores noticiones de lo que llevamos de milenio (al menos para mi): ¡Por lo visto, después de nada nuevo después de ocho largos años, AC/DC, la mítica banda de hard rock australiana, saca nuevo álbum!
Su título será Black Ice, saldrá el 20 de octubre e incluirá 15 temas nuevos, que son los siguientes:

1.Rock ’n Roll Train
2. Skies On Fire

3. Big Jack
4. Anything Goes
5. War Machine
6. Smash N Grab
7. Spoilin’ For A Fight
8. Wheels

9. Decibel
10. Stormy May Day
11. She Likes Rock N Roll
12. Money Made
13. Rock N Roll Dream
14.
Rocking All The Way
15. Black Ice

Web oficial con la noticia: http://www.acdc.com/news/news.php?uid=19


Pero sigamos con el asunto Kobetasonic…

Era la mañana del 21 de junio y yo me encontraba durmiendo plácidamente en mi tienda, cuando el calor concentrado encima de esta empezó a hacer irrespirable el aire. Abrí corriendo la cremallera para respirar, y cuando pude volver a encontrar el norte me di cuenta que de fondo sonaba una melodía que me resultaba familiar. Agudicé el oído y me percaté que no era otra que Mirror Mirror de Blind Guardian.


“Qué extraño”, me dije, que sonase a esa hora un tema de un grupo que tenía que tocar varias horas después en directo. Al cabo del rato oí como la voz de Hansi se paraba a media canción y se ponía a hablar con alguien. No podía ser, o era una versión friki de algún disco que no había escuchado o la cosa no me cuadraba. Al cabo del rato vi lo que estaba pasando: ¡los Blind Guardian ensayaban en el escenario 1 justo antes de que abriesen las puertas del recinto! Desafinando y haciendo payasadas mientras los fans estaban fuera alucinando…


Bien. El segundo día estaba lleno de platos fuertes, pero la mayoría de ellos actuaban al

atardecer, así que decidí ir de tranquis y desayunar bien e ir a ducharme mientras grupos como Tigertailz, Latzen y Death Angel deleitaban al respetable. Reencontrándome con Quimera y Eva, fuimos a ver las tiendas de ropa y discos. Allí me compré un chaleco de cuero chulísimo que me viene que ni pintado. Le caí tan bien al vendedor que me lo rebajó 10 eurazos. También volví a ver a Chris y sus amigos y pude saber lo que es beber cerveza en un cuerno de buey. Luego acompañé a mi colega a ver Obituary, un grupo que no conocía y al que no presté demasiada atención, y luego fuimos todos juntos a escuchar Arch Enemy. Aun me cuesta creer que de un cuerpo tan pequeño (Porque mira que Angela Gossow, la cantante, es retaca) salga tal cantidad de berridos. Esa mujer tenía un vozarrón que ya lo quisieran para sí algunos cantantes death masculinos.


Hora de comer. Actuaban Brujería y la verdad es que me daban un nosequé que no me hacía gracia, así que me fui tranquilamente a comerme el bocata. Hasta las 7 de la tarde estuve descansando, mientras Tesla aparecían en el escenario 2 y me hicieron temblar los oídos. Prometido escucharme algún disco suyo.


Volví al recinto a tiempo de ver los últimos coletazos de Michael Schenker y su banda. Otro sonido que tenía lo suyo y que subestimé ese día.


A partir de ese momento, 9 de la noche, todo fue maravilla hasta altas horas de la madrugada. Nos fuimos a ver Europe, cantando a coro el himno The Final Countdown (con algún que otro inciso de la versión de Gigatrón, no pude evitarlo…), y luego a la carrera a ver a Dio.


Ronnie James Dio, alias el gnomo del escenario. Un hombre que hizo escuela, al que se le atribuye el uso del saludo heavy, o sea “hacer los cuernos” con los dedos. Fue el único concierto del festival que se me hizo corto, y también en el que más canciones canté a pleno pulmón. Simplemente inolvidable.


Luego la nota épica del día de mano de Blind Guardian, un grupo que ya he visto en tres ocasiones y que sigue muy en la línea. Debo reconocer que se hicieron pesadetes y no acababan de terminar nunca, para dejar espacio (porque lo necesitaban) a los Kiss.


El concierto de Kiss solo se puede definir claramente con una palabra: espectacular. Eso eran, eso son, y eso serán estos auténticos monstruos encima de un escenario, puro espectáculo. Entre los fuegos artificiales; las acrobacias circenses y las charlas del cantante Paul Stanley con el público; las chuladas que hacía Eric Singer a la batería y los lengüetazos ensangrentados de Gene Simmons uno ya no sabía por donde le iban a salir los músicos al instante siguiente (y sí, llegaron a salir del escenario y sobrevolar al público, os lo juro por mi madre). Luego claro está, estaban los temazos que todos queríamos oír en directo…

Y ya para acabar, los postres. Un poco de heavy metal británico de mano de los Saxon para irse a dormir con buen sabor de boca. Ya no veíamos la hora de coger el bus e irnos a casa, y aunque incómodas, sus butacas fueron bien recibidas por nuestras maltrechas piernas. Y hasta aquí la experiencia Kobetasonik. Aunque intensa no me ha dejado sin ganas de conciertos, y ya he asistido al de Devil Driver en la sala Apollo de Barcelona, al de Bonfire de Ripollet, y me queda aun el ansiado regreso de Airbourne dentro de unos meses. ¡¡¡Larga vida al Heavy Metal!!


S.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

devil driver son de amigo...

XBlack dijo...

Jo... pensé que me harías una mención especial por descubrir eso de AC/DC, que lo hice porqué me acordé de lo fan que eres tu. ¡Da igual! jajaja. A propósisto, ¿has escuchado el single/demo (o como leches quieras llamarlo)? te lo paso si vols.

Un saludo metálico (argh q rabia lo de metálico T_T),

C.