Nos quedamos, como quien no quiere la cosa, en las puertas, observando lo que se abría delante nuestro y esperando a ver por donde empezar.
Ya dejé apuntada la importancia de encontrar el clítoris, puesto que el dominio sobre él determinará nuestro éxito en esta operación (de echo, el dominio clitoridal es mucho más difícil que el del punto G, hace falta una sensibilidad muy apurada). Lo buscaremos en la zona superior, y generalmente estará escondido debajo de su prepucio. Entonces hay que preparar el terreno, hacer que nuestra chica se excite. Para ello besaremos y haremos dibujos con la lengua en la zona interna de los muslos, acercándonos peligrosamente a la raja, frotando la mejilla contra el arbusto si lo tiene. Haremos esto, incitar, hasta que la chica empieza a removerse. ¡Está funcionando!
Entonces sí, pondremos los labios directamente encima de la raja, y besaremos suavemente al principio, y luego más fuerte. Luego, usando la lengua separaremos los labios hasta que se abran todos por completo. Entonces lo más indicado es lamer de abajo arriba. También podemos introducirla dentro y removerla, sacarla y meterla… pero todo con suavidad, y por descontado tendremos cuidado con los dientes, para que no se de el caso de que mordamos demasiado fuerte en alguna ocasión.
Hecho esto, generalmente el clítoris estará duro y listo para que nos ocupemos de él, y nuestra chica estará ansiosa de que así sea. Para ello pondremos la lengua rápidamente contra él, sintiéndolo. Esto provocará un estremecimiento en las piernas de nuestra chica. Entonces pondremos la boca encima del clítoris, y chuparemos suavemente. En estos momentos, el orgasmo debería ser inminente. Comprobaremos si la reacción de la chica es favorable, para saber si debemos chupar más fuerte o no.
Cuando el orgasmo está viniendo, hay que seguir chupeteando cual mosquito, nunca dejar de hacerlo bajo ningún concepto. La chica se va a poner a “bailar”, yendo imprevisiblemente de arriba abajo, o a los lados. Nosotros seguiremos sus movimientos, sin dejar ir su coño en ningún momento.
Ahora es cuando un cunnilingüista experimentado puede usar ciertas artes para intensificar el orgasmo femenino. Para ello volveremos a usar los dedos, rítmicamente y con rapidez (Y si somos especialistas con el punto G, tanto mejor. Os lo digo yo que hacer un cunnilingus sumado a una correcta estimulación de ese punto, genera orgasmos de proporciones bíblicas).
Hay que conocer los síntomas que te dé para saber si hacerlo más rápido o más lento, más suave o más fuerte. Esto ya depende de cada mujer, hay de todo en la viña del señor.
S.
1 comentario:
Está muy bien pero cabe decir que cada mujer es distinta y tendrá o no sus manías y sus deseos personales. No nos podemos fiar de las fuentes que alguien establece como generales para dar placer a todos, de la misma manera que yo no me puedo fiar de lo que dice la astrología para conocer a la gente...
Con esto quiero decir que cada mujer y cada persona es única, que puede cambiar a lo largo de su vida y que por mucho que le digas "cariño vas a flipar, te voy a comer el coño blablabla..." ajajja si ella no quiere, no quiere. Si piensas que se lo estás haciendo bien y la haces ver el séptimo cielo... la verdad que no estés tan seguro ¿sabes si finge? ¿si... no? piensa que cuando hacemos sexo oral no sabes lo que está sintiendo, tu no tienes lo suyo ni ella lo tuyo y no puedes considerarte un magnífico diremos "come-cocos" (pa q qde fisno XD) porqué no sabes cómo se está sintiendo la mujer.
Cada uno sentimos de una manera. Tendremos que adaptarnos con los años a nuestra pareja, a lo que le gusta... y aún así seguro que tenemos que buscar placeres en solitario ya que el sexo es un mundo tan insólito como la propia mente.
Un beso,
*No pretendí resultar inteligente con este comentario. Just my opinion ;).
Chris
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